Como es normal, la niña debía ser trasladada a una zona en la que pudiese recibir el tratamiento, es por ese motivo que una enfermera llamada Ann Pettway agarró a la pequeña niña para que se le aplicara una intravenosa, debido a que se encontraba bastante deshidratada por la infección. Lo que nadie sabía era que Ann no era una enfermera regular del recinto, su objetivo era robarse a la niña para llevarla a Connecticut y Georgia.
En un muy poco el tiempo la situación se dio a conocer, la madre desesperada estaba urgida de ayuda. Debido a que no era normal ese tipo de situaciones, la noticia se propagó por todos medios, la conmoción fue tal que se ofreció una recompensa de 10.000 dólares por Carlina, una suma bastante alta para la época. Sin embargo, los esfuerzos no rindieron fruto.
Lo cierto es que pasaron 23 años, un largo tiempo. La pequeña Carlina descubrió, luego de una vida llena de mentiras, que la que decía ser su madre, no lo era realmente. Es por este motivo que se esforzó en encontrar a su verdadera mamá, aún cuando Ann Pettway le decía que la había abandonado.
Un día la joven decidió llamar a Joy White y decirle que era su hija, tras realizar todas las pruebas de ADN se comprobó que sí eran madre e hija. La familia volvió a estar unida en 2010 y la señora Ann paga condena en la cárcel. No queda la menor duda que la esperanza es lo último que se pierde y cuando menos lo pensamos todo vuelve a su curso.